Un día en Tonila, Jalisco

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Tuvimos la oportunidad de conocer este emblemático municipio de Jalisco, que se encuentra a tan solo 1 una hora y 45 minutos de Guadalajara, gracias a la invitación de Finca el Campanario. Desde aquí reiteramos nuestro agradecimiento por habernos hecho parte de esta maravillosa experiencia.

Empezamos el recorrido, haciendo honor a su nombre (Tonila: “lugar donde comienza a salir el sol” o “lugar donde nace el sol”) viendo salir el Sol, en el “Corral de Piedra” y degustando el delicioso y único sabor, casi tan mágico como su propio proceso, de la Leche Caliente. O en su versión más divertida…el Pajarete.

El Pajarete es aquella bebida icónica mexicana, peleada por diferentes municipios como autores originales de la misma. Tres ingredientes solo, y el sabor explota en la boca. Leche “bronca” (recién extraída de la vaca), caña de azúcar, y alcohol puro de caña. La presión de la leche recién extraída de las ubres de la vaca, funge como herramienta básica del proceso, que va uniendo ingrediente con ingrediente, creando esa mezcla extraordinaria. Para los amantes del chocolate, también existe la versión de Pajarete con chocolate, imperdible.

Después nos situamos en medio de la Finca el Campanario, debajo de sus árboles de toronjas y el desayuno ya está servido. Delicias mexicanas tradicionales que no pueden faltar en ninguna mesa. Chilaquiles, café de olla, pan dulce, frijoles y jugos naturales, entre otras cosas que entran al cuerpo desde la vista.

Panza llena, corazón contento. Con los sentidos alimentados, exploramos los distintos espacios que ofrece la Finca, tanto de alojamiento como los espacios destinados para albergar eventos y reuniones. El granero y el Jardín son los protagonistas de los mismos. Sus propietarios han puesto todo el corazón en llenar la finca y sus espacios de detalles significativos y Mexicanos, traídos de distintas partes de la República Mexicana, en cada uno de sus viajes.

Siguiendo con el recorrido, parece ser que la idea de ir por un Café, al famoso “Café don Pepín” es tan precisa y exacta, como lo que demanda el cuerpo al medio día. Nos hicieron partícipes del proceso del café y pudimos degustar diferentes tipos de granos y tostados. El olor que despide el Café don Pepín, es difícil de explicarlo con palabras, fuimos testigos de todo el trabajo que hay detrás, para llegar a obtener una bebida caliente y deliciosa en nuestras tazas.

Estando en Tonila, municipio conocido por su producción de lácteos y derivados, no podía faltar una visita a los “Quesos de Rancho Macías” para ver en vivo como elaboran sus productos. Nos tocó el momento exacto en que la crema agria ya había salido, y el requesón, la panela y el jocoque estaban a punto. No hay sabor que se le compare a un queso fresco, natural y sin conservadores como los que se producen locamente en Tonila. Los “Quesos de Rancho Macías” tienen a sus espaldas 30 años de experiencia familiar, que respalda la calidad de sus productos. No es de extrañarse que muchos restaurantes famosos en Guadalajara y Colima, sean sus clientes fijos.

Siguiendo por la ruta de tradiciones de Tonila, no podíamos dejar de visitar una típica Panadería. “La Panadería Carrillo” que te hará llegar hasta su portal solo por el olor. Hornean todo el día diferentes piezas de pan dulce, en su horno tradicional. Cuando hablamos de pan dulce mexicano, estaremos de acuerdo en que no se necesitan muchas explicaciones, lo que se necesita es voluntad y decisión para saber escoger cuántas y cuáles piezas escoger, la oferta es infinita, y el sabor y la calidad, garantía. Podemos resumir nuestra visita diciéndote que salimos de ahí con un buen ejército de piezas de pan para llevar, porque nunca es demasiado cuando de pan se trata.

Por más increíble que parezca, había hambre y la hora de comer había llegado. Pinar del Chayán nos esperaba con sus puertas bien abiertas, y unos platillos deliciosos de comida tradicional mexicana, entre ellos su famosísima “Sabana de res Chayán”. Esto sin contar las increíbles vistas a su lago, lleno de árboles y rodeados de naturaleza.

Había que encontrar alguna manera de digerir todas las delicias que el día y la ruta organizada por Finca el Campanario nos había regalado, así que el plan perfecto para esas horas de la tarde era disfrutar de los jardines de la misma Finca, con una oferta de bebidas y cocktails, preparados por nuestros anfitriones. Tuvimos oportunidad de degustar también el tradicional Ponche de Tonila, y algunas cervezas artesanales de regiones cercanas, como por ejemplo la “Costera Blonde Ale”- de Colima. También nos consintieron con una oferta amplia de cocktails y bebidas. Para las almas más aventureras, la propuesta de Finca el Campanario de montar al Caballo “El Cantinero” no pasó desapercibida, después de haber visto su sorprendente demostración de baile.

Relajarnos y disfrutar de cómo iba cayendo la tarde en los jardines de la Finca fue una buena manera de ir poniéndole fin al día. No sin antes, pasar por nuestra última parada en “Saborea”, que hizo honor al dicho mexicano “Cierre con broche de oro”.

“Saborea” es un emprendimiento de una mujer joven de Tonila, apasionada por la comida, que inició su negocio de restauración gourmet en el centro de Tonila. Los paninnis son famosos y son una delicia. Sin duda, fue un lugar con el que Tonila nos despidió de la mejor manera, invitándonos a regresar una y varias veces más, por lo menos para alcanzar a probar los Tacos de la plaza del pueblo, que tienen una reputación impecable.

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De nuevo Finca el Campanario nos abrió sus puertas para un merecido descanso, ofreciéndonos hospedaje en sus habitaciones. Una gran manera de cerrar nuestras 24 horas en Tonila, al día siguiente el camino de vuelta a casa, nos esperaba.