Saint Malo
/Antes de existir un lugar físico, en la mente de sus fundadores el concepto ya estaba bien definido. Pensaban en un lugar pequeño y tranquilo, escondido, pero no lo suficiente para que fuera encontrado por sorpresa al andar.
Acogedor, sin pretensiones, apto para cualquier persona que quisiera disfrutar de un espacio agradable, pero sobre todo de platillos diferentes y bien ejecutados. Para todo aquel o aquella, que sintiera esas ganas de cruzar algunas palabras con otra persona extraña de manera casual, por el puro gusto de abrir su perspectiva de la vida. Querían que fuera un lugar que lograra aislar a sus comensales del ritmo acelerado de la ciudad.
No solo el presente de Saint Malo le hace honor a su concepto original, si no que abraza la historia de ese sueño que surgió en Australia varios años atrás cuando la fundadora tuvo la oportunidad de probar platillos de diferentes países, de conocer rincones pequeños desde donde podía contemplar la vida. Hubo un lugar que la cautivó, y es que era así: chiquito y sin pretensiones. Era hogar de clientes de diferentes estilos, pero tenía un común denominador, era cercano y amigable.
Saint Malo nace tiempo después y nace de la nostalgia, al querer evocarse a esos recuerdos, los de otro continente. Al buscar esos espacios y esa oferta gastronómica que en ese momento no encontraba en Guadalajara.
Saint Malo es un sueño, de esos que se hacen realidad. Arquitecta de profesión, y diplomada en Gastronomía. Su fundadora fue moviendo su camino hasta llegar hasta aquí. Perfeccionó sus recetas del Shakshuka y los Florentinos en su propia casa. Y dio el primer paso de compromiso de lo que hoy es Saint Malo hace 4 años, comprando una cafetera, que hasta el día de hoy sigue siendo protagonista del lugar.
Y si crees que su historia es fascinante, espera a que te hablemos de su comida. Su cocina se podría definir con tendencia mediterránea y francesa, por ponerle un nombre, pero su menú habla todas las lenguas.
Empezaremos por hablarte de sus tartines y sandwiches que son favoritos para muchos, y que tienen combinaciones varias, para todos los gustos. Durante mucho tiempo se negaron a servir chilaquiles, con la intención de siempre tener una propuesta diferente a lo que encontrarías en otros lugares, pero el día que se les ocurrió hacer unos chilaquiles con su famosa salsa de Shakshuka, el resultado fue un hit. Lo sigue siendo, y no puedes salir de ahí sin probarlos. Ahora, que si eres más de dulces… prepárate para su Pecan Pie. Es su receta propia de un Pay de nuez con Maple, y no hay suficientes palabras que lo describan. Se los piden por rebanadas, o por Pays completos, y yo te aseguro que si se pudiera, lo pedirían por kilos.
Si tu como los fundadores de Saint Malo, crees en la energía de los lugares, no necesitarás que te describamos más este espacio, será mejor que te des una vuelta, y seguramente al estar sentado o sentada ahí, mientras te tomas una buena bebida y una comida deliciosa, y quizás hablas con alguien que no conocías de antes, y desconectas del ruido del día a día, entenderás por qué este lugar existe. Te sentirás como en casa. Tiene algo que te llama, e incluso así pasó con sus mascotas, que también llegaron solitas y de maneras “random” a la terraza de Saint Malo, con una seguridad de que sabían a donde llegaban.